Documentando la realidad en los proyectos de intervención social y educativa.
Un país sin cine documental es como una familia sin álbum de fotos. (Patricio Guzmán, director chileno especializado en cine documental).
Efectivamente los documentales, como los álbumes, acaban convirtiéndose en un material imprescindible para comprender una determinada realidad. Aunque decir que el documental es el género que retrata la realidad nos llevaría a discusiones sobre qué es lo real y si existe la información objetiva.
De hecho, muchos autores consideran este género como la ficción más irreal, dado que en
nombre de la verdad es relativamente sencillo manipular el mensaje. Más allá de
esta discusión, los álbumes de fotos y los documentales tienen otra
característica en común: su capacidad de evocar emociones.
También hace
interesante a este género el hecho de que sirva para construir un relato a
partir de un proceso de investigación,
exploración de un tema o recopilación de historias vividas. Todo ese trabajo de
campo, implica a sus participantes en su comunidad, e incluso provoca cambio
dentro de la misma.
Además es innegable que el documental es un instrumento muy
útil para narrar historias que les
pasan a personas de verdad.
El guión y, sobre todo, el montaje posterior, marcará la
mirada con la que narres esas historias
reales. Entonces ¿estarás faltando a
la objetividad? ¿tu proyecto será manipulador? ¿mostrarás una visión subjetiva
e interesada? Efectivamente.
Pero eso precisamente es lo bonito de elegir este género: poder
contar la realidad como tú
quieras. Recuerda que mostrar narraciones alternativas a las dominantes
seguramente sea uno de los objetivos que te hayas propuesto. De modo que
objetivo cumplido.
De cara a la planificación de tu proyecto, debes tener en
cuenta que cuando trabajamos sobre la realidad no podemos pautar de forma tan
detallada el rodaje. El guión será sólo una pauta orientativa, que deberá ser flexible
a la imprevisibilidad de lo real.
En este breve documental su directora habrá elaborado un
pre-guión y después habrá tenido que decidir en montaje qué frases mostrar. Manipular
aquí se convierte en un arte legítimo con resultados bien interesantes:
Concejo Abierto. Carmen Comadrán, 2013.
Duración: 5’53 minutos.
Como te decía, la ficción y el documental tienen sus
fronteras permeables, lo que permite mezclar ambos géneros de forma bastante
creativa. De esta manera, esas personas
de verdad pueden contarnos historias
de verdad pero de forma ficticia.
Que raro suena eso, ¿no? Mira este ejemplo:
Mi papá es director de
cine.
Germán Roda, 2012. Duración: 4’05 minutos.
En esta historia el director quiere hablarnos de las
consecuencias de los recortes en el cine, y decide hacerlo a través del falso testimonio de su hija Alba. Digo
falso porque evidentemente está guionizado y porque muchas de las acciones
están simuladas. Pero Alba y su papá existen y lo que nos cuentan es algo que
les pasa de verdad.
Docudrama: síntesis de
información y ficción.
El docudrama es un formato que mezcla
elementos reales y de ficción con el objetivo de recrear algún hecho vivido. Es
muy interesante para trabajar la recuperación y reconstrucción de la historia
reciente de un entorno (un barrio, una ciudad, un pueblo). Permite a sus
participantes reinterpretar personajes y situaciones desde sus vivencias, sus
recuerdos y sus intereses.
Realmente mentira:
Algo que puede parecer similar, pero que es muy distinto es
hacer ficción con formato documental. Es el llamado mokumentary o falso documental, subgénero en el que actores
y actrices fingen estar relatando hechos verídicos.
Este es un ejemplo:
Julian. Raúl Navarro, 2011.
Duración: 3’30 minutos.
Muchos falsos documentales suelen ser de tipo humorístico.
Lo que me resultó interesante de este fue el giro final, que llama a la
protección frente al VIH. Y es que precisamente al mezclar realidad y ficción,
los giros finales son un recurso muy utilizado en estos géneros.
Mira lo que sucede con este vídeo:
Llámame Parker. Peris Romano, 2011.
Duración: 3’47 minutos.
Lo que en un principio parecía ser ficción que simula ser
documental (mokumentary) acaba
desvelándose como una narración verídica. Parker existe y su historia no ha
sido inventada.
Y hablando de falsas
verdades, hay una interesante tendencia audiovisual que quizás puedas
valorar para tu proyecto: los fake
trailers. Se trata de elaborar un anuncio ficticio de una película que
no existe (también los hay parodiando films existentes). Tiene muchas ventajas:
-
Es muy divertido. Independientemente de si la película es comedia, drama
o terror, sus falsos trailers siempre
son de humor. Así que la diversión está garantizada.
-
Te permite poder hacer un guión mucho más caótico y loco
que el de un corto. No importa si incumples las normas de la narrativa, todo
vale.
-
Abarata costes y evita complicaciones. En tu tráiler sólo saldrá lo que
tú decidas sacar.
-
Te sirve de ensayo. Si sale bien, puede evolucionar hacia la versión
completa: el corto/largometraje.
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