El trabajo en equipo como pilar central de la creación audiovisual.
L'equip petit (El pequeño equipo). Roger Gómez y Dani Resines, 2011. Duración:
9’30 minutos.
Dice
uno de los jugadores del Margatània F.C.: “si no marcamos nos da
igual porque nos lo pasamos bien (...) Y si no, de mayores ya marcaremos goles”.
Efectivamente aunque tu objetivo sea ganar y crear un producto audiovisual de calidad, lo verdaderamente
importante es el aprendizaje durante todo el proceso.
Al
igual que en los partidos de fútbol, todo proyecto audiovisual requiere de
trabajo en equipo. Pero esto no siempre sucede de manera espontánea. Es
necesario que establezcas una dinámica
de trabajo conjunto que sirva para aprender de la relación e interacción entre compañeros.
En
este vídeo te propongo una posible forma de empezar:
Vídeo-consejo #17: Busca puntos fuertes. Juan Maravall, 2013.
Duración: 32 segundos.
Mi
propuesta es que comiences con metodologías de trabajo cooperativo para, más
adelante, pasar a dinámicas de tipo colaborativo.
Trabajar
cooperando:
El trabajo
cooperativo implica que cada participante se responsabilice de una sub-tarea
concreta que forma parte de una labor conjunta más amplia. Para este tipo de
estrategias se hace necesario una figura que apoye y coordine todo el proceso:
tú.
Tu papel por tanto
será fundamental para organizar, delimitar y repartir las tareas, garantizando
además que estas sean motivadoras y que todo el mundo se sienta útil.
Una desventaja de
esta división de tareas es que la interacción grupal suele ser posterior al
aprendizaje individual y que el resultado del esfuerzo se observa al final del
trabajo. Pero cuando el grupo aún no tiene dominio suficiente es importante
comenzar con estrategias de este tipo.
Aunque no todos los
participantes muestren buena disposición a rotar de función, es recomendable
que puedan alternar las tareas. Esto garantizará un sistema de trabajo más
horizontal y permitirá que a medio plazo el grupo funcione de forma más
autónoma. Otra ventaja es que permite a cada persona descubrir sus propias
destrezas e intereses.
De todos modos, establecer
funciones rotativas no debe ser una norma estricta y debes mostrar flexibilidad
en aquellos casos que lo requieran. Por ejemplo, puedes llegar a valorar que
una persona lo puede pasar realmente mal frente a la cámara, de modo que
decidas no forzarla a que lo haga.
Por otra parte,
recuerda que no sólo se distribuyen roles sino que también se reparten responsabilidades.
Esto te dará más margen para asignar tareas rotativas. Por ejemplo, un aspecto
clave en las producciones audiovisuales es el manejo del material y la
documentación. Si distribuyes bien quién se encarga de la cámara, quién guarda
los guiones o quién elabora los listados de material, estarás beneficiando el
compromiso colectivo.
Trabajar colaborando:
Una vez que el
trabajo cooperativo ya está sistematizado, se hace posible establecer
estrategias de aprendizaje colaborativo. Trabajar de forma colaborativa implica
que exista un compromiso por aprender en grupo: cada participante busca que
todo el mundo aprenda.
Aquí se
enfatiza la importancia del proceso y no tanto de los resultados. Esto facilita
que los aprendizajes generados se trasladen y
apliquen después a otros aspectos de la vida cotidiana de sus participantes:
aprendemos a hacer vídeos, pero también a convivir, a compartir, a consensuar.
El aprendizaje
colaborativo se adquiere a través de metodologías que favorezcan la interacción
y la contribución al proyecto por parte de sus participantes. Se genera así una
influencia mutua y una interdependencia sin rivalidad. Para ello es
necesario que establezcas:
El grupo decide cómo va a
trabajar y cómo va a organizar la división de tareas. De modo que aquí
desempeñas un papel mediador, más que directivo. Es importante que estés alerta
de las relaciones de liderazgo que emergen de forma natural en los grupos de
trabajo. Además tu figura será fundamental para la consolidación del
sentimiento de pertenencia al grupo.
- Un objetivo común.
- Recompensas grupales.
- Recursos compartidos.
- Papeles asignados.
Algunas dificultades:
Trabajar
en equipo también conlleva ciertas desventajas.
Maximilien Ringelmann (1861-1931) midió la fuerza en la acción de tirar de una cuerda, primero individualmente, después en grupos de 7 sujetos y finalmente en grupos de 14. La conclusión fue que cuando aumentaba el número de sujetos disminuía el esfuerzo individual.
Esta
pereza social es una de las posibles
dificultades con las que te encuentres en tu proyecto, por lo que debes tener
presente que en el trabajo en equipo:
- Se necesita mucho más tiempo que en el individual.
- Suele haber una fuerte tendencia a la conformidad, fruto del miedo al rechazo por expresar ideas opuestas.
- Es frecuente que haya participantes que eludan responsabilidades, alegando que es tarea de otros.
- Se pueden tomar decisiones que se alejen de los objetivos que te habías planteado.
¿Recuerdas alguna experiencia en la que tu grupo
consiguiera solventar alguno de estos problemas habituales en el trabajo
cooperativo/colaborativo?
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